Mírale como se ha ido y
ha vuelto otro. Los momentos que denominamos recuerdos se han archivado en un cajón
cerrado bajo llave la cual solo la tiene el tiempo. El café se ha enfriado en
la encimera de la cocina, los tacones se
han guardado en el armario y las botellas de champan vacías se han tirado a la
basura. Aquella noche no había alcohol
en sus venas ni nada que pudiera hacer que cometiera estupideces. Con su
vestido nuevo que se había comprado para aquella ocasión bailaba las canciones
sin parar, reía como un niño de 5 años.
Las horas eran como gaviotas que sobrepasan el cielo en un amanecer.
Volátiles, rápidas y pasajeras. Ahora mismo esto es lo único que se me ocurre
que se va y no tiene otro remedio que volver a empezar. Ella quería diversión y de una manera que no
era la que esperaba, la consiguió. Y como ella, todas las personas del mundo; todos hablaban de esa noche que te
preguntarás qué tendrá de especial. Sus
propósitos habían empezado una nueva lista en una página nueva, sus sueños no
habían acabado: no habían hecho otra cosa que empezar. Tengo un libro que he empezado a leer.
Capítulo 2013, página 1 de 365.
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