Conjunto de huellas

lunes, 26 de agosto de 2013

The summer skies


Supongo que hasta el día de hoy, cuando sólo falta menos de una semana para despedirte del que ha sido tu mes favorito en todo el año, no eres consciente de que el tiempo ha ido pasando. Unas veces más deprisa, otras más lento. Pero a pesar de esa relatividad, ha pasado. Que todo eso de las mañanas con un toque de sal, los atardeceres desnudos frente al mar y las noches de hamaca acompañadas del leve sonido de las olas, dentro de poco quedará aparcado en una esquina de tu habitación. Para que puedas echarlo de menos. Para que sonrías cada vez que lo recuerdes.  

Y es que a fin de cuentas, cada verano es único. Tanto por lo que hacemos como por el quien y el cómo lo vivimos. Hay veranos bañados en ron y algún que otro cóctel donde solo importan las locuras que se cometan. Hay veranos que desapareces porque simplemente necesitas encontrarte a ti mismo. Y otros, mis favoritos, en los que decides irte a cualquier lugar para descubrir aquello que meses atrás eras ni siquiera capaz de ver. Todo el mundo necesita uno y quien lo niegue, se engaña.

Cuando estás quieta en un punto donde todo te parece siempre lo mismo, donde gritas con todas tus fuerzas pero nadie levanta la cabeza, cuando hasta el aire te ahoga. Es entonces, cuando necesitas viajar. Viajar para cambiar no de lugar, sino de ideas. Dejar que el teléfono suene encima de la mesa porque ya no importa quien esté detrás. Quedarte de pie al lado de la parada de bus mirando cómo lo acabas de perder. Sentarte en un banco de un parque con el paraguas en la mano mientras la lluvia te empapa la ropa. 
El verano es esa oportunidad que te ofrece el año para poder cambiar de ideas. Y no te preocupes, porque si eso no ocurre tendrás un billete de vuelta a tu rutina en la mano el día 31. 

Ahí estaba yo. Con ese billete de vuelta y una maleta llena de mil ideas que había  recogido. O desordenado. Estaba dispuesta a encarar mi rutina con nuevas sensaciones; haber conocido a alguien por pura casualidad y que luego acabe siendo quien te haga ver la parte buena de las cosas cada noche o descubrir que la sonrisa de ese tímido chico con el que hablas apenas hace unos meses simplemente te encanta (entre muchas otras).
Fuera como fuera, pasado lo que hubiera pasado, me llevaba otro verano a casa en el bolsillo que sería inolvidable e irreemplazable





lunes, 12 de agosto de 2013

Versos con destinatario



Uno de esos días, mientras caminas por la orilla de la playa a eso de las 9 de la mañana, cuando hasta el mar parece estar dormido, te acuerdas de alguien. Experimentas aquello que la gente llama cotidianamente "echar de menos" y durante escasos 10 minutos te das cuenta de lo que es preguntarse qué estará haciendo ese alguien, en su día especial, en otra playa totalmente distinta y situado a muchos kilómetros de dónde te encuentras en ese preciso momento. Y deseas que alguna vez, con o sin motivo, alguien también te dedique unos minutos de su tiempo para acordarse de ti. (Pero hagamos un paréntesis de eso ahora y ya le dedicaremos más de una línea en otra ocasión).

Uno de esos días como hoy, quiero dedicarlos a dar las gracias a esos "alguien (es)" que entran en tu vida cuando escasamente tienes uso de razón y lo único que te preocupa es el vestidito que le pondrás al día siguiente a tu muñeca favorita. Y es algo precioso pero que en ese momento no valoras porque sientes que es algo que tendrás toda la vida y simplemente lo disfrutas. Pero luego llegas 13 años después, cuando estás en plena adolescencia, en la flor de la vida como diría mi madre, y darías lo que fuera por tener más de una de esas amistades. ¡Muchas más!
Pero no importa la cantidad en estos casos. Yo estoy muy contenta de haber encontrado este alguien que probablemente cuando lea estas palabras con su nombre detrás de cada una de ellas, le saque una sonrisa. Porque a fin de cuentas, se las merece. Él ha sido capaz de aguantar y soportar durante tantos años a una soñadora loca y pesada como yo. Y hemos pasado de todo, desde lograr no congelarnos y abrirnos la cabeza intentando esquiar hasta inventarnos un novio secreto (con Facebook y todo eh!). 

Y yo no sé que pensará ese alguien de mí, pero quiero que sepa que todo este tiempo no ha estado perdido a su lado. Que las bromas son más bromas con él y las penas menos penas. Los cumpleaños no deben ser una excusa para aprovechar y agradecerle todo lo que ha hecho por ti; si tú también tienes a ese alguien como yo (que estoy convencidísima de que sí) demuéstrale que puede contar contigo. Cuida, disfruta y guarda bien a esos "alguien (es)" que te dan esa amistad. 

En fin, poco queda por añadir sabiendo que por más lineas que escribiera seguirían quedando pequeñas comparadas con toda nuestra trayectoria de experiencias y momentos vividos. Así que en días como hoy, me doy cuenta de que los versos con destinatario saben mejor. Y en días como hoy, me gustaría hacer un brindis por esas personas que dejan de ser meros desconocidos y, con los años, se convierten en alguien en tu vida.








¡Muchísimas felicidades, Marc!

lunes, 5 de agosto de 2013

Y sin quererlo, acabó queriéndole



Está justo ahí, entre toda esa gente que camina frenética de un lado para otro. Con su larga melena color miel, un camiseta blanca que deja entrever su delicada cintura que muchos curiosos observan cual obra de arte y unos tejanos rotos que han dejado atrás más de un verano. Hoy lleva puesta su mejor sonrisa para todo aquél que comparta con ella una mirada. Hoy tiene un mundo entre las manos para regalar.

Posiblemente te hayas cruzado con ella más de una vez. En una de esas mañanas en las que sólo te importa llegar a tu destino porque te duelen todos los huesos. En una de esas tardes de no saber qué hacer y empezar a andar hacia una dirección desconocida. En una de esas noches inolvidables con alcohol y locura en sangre. Pero no hablo de esos encuentros. Hablo de esos en los que se para el tiempo y podría cogerse con la mano la magia que se desprende. Hablo de la química que recorre todo tu cuerpo en cuanto respiras su perfume y las batallas que tienes con tu subconsciente para que no actúe por ti. 

A veces esa reacción se produce cuando vuelves a ver a alguien que no veías hace meses, incluso años. Cuando has recuperado a esa persona que se había alejado muy lejos. O simplemente, cuando quedas para ir a tomar café con ese amigo de toda la vida con el que sientes en secreto algo más que confianza y cordialidad. Pero ella sólo necesitó tres segundos para cruzarse con todo lo que había deseado hasta ahora. Para experimentar esa sensación de vivir algo soñado. Se había imaginado de muchas maneras esa escena, y no precisamente en pocas ocasiones. 

En el momento en que perdió de vista su mirada, la empezó a echar de menos. Y sin quererlo, no quiso. Por eso, sin saber que eso significaba algo, se giró para observar como se marchaba indiferente. Comprendió que ese alguien del que tanto hablaba la gente que anda buscando y no encuentra, ella lo había encontrado. Y sin quererlo, acabó queriéndole.
Parece que el cielo se ha teñido de un tono distinto, cada nube blanca ocupa su sitio como si alguien las hubiera puesto ahí adrede y los tímidos rayos del sol rozan su piel dándole los buenos días. Sí, todo ha estado ahí desde siempre pero hoy lo aprecia como nunca. Hoy, hoy va a mirar de frente y confiar en la suerte.

viernes, 26 de julio de 2013

Mentiras de jarabe

A veces no consigues entender por qué algunas cosas no encajan de ninguna manera.

Tú que eres frío como un Febrero sin momentos de cariño.
Tú que eres bohemio como un lobo que cada noche sale a buscar a su luna llena.
Tú que eres (in)dependiente pero de la nicotina y otros vicios.
Tú que (ll)amas a cada Julieta con un piropo precioso para enamorarla.
Tú que hablas demasiado para lo poco que después puedes hacer.
Tú que eres tan tú.
Yo que soy cálida como un Agosto con chispas que tienen vida propia.
Yo que soy esa estrella que siempre acecha a la luna y no puede vivir sin ella.
Yo que a lo único que soy adicta es a ti.
Yo que (des)vivo cuando callo y muero cuando hablo.
Yo que soy tan poco yo.

A veces, como esta noche, intento entender cómo pretendíamos que acabara bien esa historia de polos opuestos tan (a)normal pero tan nuestra. Si te dolía a ti, cómo no me iba a doler a mí. Si tuvimos que disfrazar el Adiós con un Hasta luego.

A estas horas tú estarás perdiendo el tiempo otra vez con todos tus juegos de palabras que se te daban tan bien y eran (in)suficientes y yo estoy teniendo insomnios de madrugada en plena tarde.
A estas alturas tú estas enterrado bajo lo más remoto de mi colchón y yo estoy aprendiendo a volar sobre las nubes sin alas. 

A veces ni entiendes ni intentas pero ya ves. Al final todo se arregla.


lunes, 15 de julio de 2013

Young and Beautiful


Adoro romper frases y todo lo que dice la gente contigo. Dejarles sin nada que decir porque todo queda dicho y regalarles un silencio que les demuestre más que las palabras. Los tópicos se nos quedan pequeños y nosotros nos encontramos en un paréntesis. El paréntesis más bonito que he visto en mi vida. 

"Te perderás un montón de cosas", empezaron a decir. Creo que el concepto de perder algo no tiene sentido aquí, cuando lo único perdido es el miedo y la inseguridad. No pierdes nada cuando ganas sentirte feliz, diferente y cualquier otro adjetivo indescriptible y de esos que sólo salen en las películas. Incluso aquellos que nadie ha inventado pero nosotros hemos experimentado cada vez que nuestros labios se encuentran. Andan perdidos por todo aquello que tienen delante de ellos y no valoran. Andan perdidos porque no están como nosotros y quieren encontrarlo o volverlo a vivir.

"Eres demasiado joven para entenderlo", siguieron diciendo. No, no lo entienden. No entienden que nosotros no entendemos, nosotros somos. Cuando tienes 16 años eres lo que quieras ser. Podemos ser infantiles y vamos repartiendo carcajadas por las calles mudas y grises. Podemos ser inocentes y lo damos todo a aquellas personas que queremos sin importarnos que no recibamos nada. Podemos ser tontos y tropezamos hasta tres veces con la misma piedra. Podemos ser esa canción que nos sabemos de memoria. Podemos ser cada palabra que pasa por nuestra cabeza o cada mirada que nos cruzamos a lo largo del día. Podemos ser muchas cosas, pero también podemos ser felices. 

Adoro dar un paso hacia una dirección determinada porque eso significa que todas las dudas y preguntas que tenía se han esfumado. Y claro que nadie sabe lo que pasa en el futuro pero a pesar de ello somos los primeros en apostar por algo. Porque somos jóvenes y es precioso. Porque ni me estoy perdiendo nada ni lo entiendo. Lo hago. Lo siento. Lo vivo. "Yo también quiero ser como ellos", acabaron diciendo.

Young and Beautiful⋆



viernes, 28 de junio de 2013

Sueños de mañana sobre un ayer


Tienes los ojos cerrados, en ese preciso instante te invaden unas ganas de llorar impresionantes y la bocanada de aire que acabas de tomar te ha llenado los pulmones de una manera como no lo había hecho nunca. Porque nunca te habías sentido así, es algo nuevo. Un paso al frente, todo cambiará. Dos pasos, todo el camino que llevas recorriendo hasta ahora, con los pies en el suelo y el corazón en el cielo volando, se ha reducido a un salto. Tres pasos, tienes tus sueños esperando a que llegues. Tienes dudas, no sabes si atraparlos o dejar que corran. Llevas mucho tiempo esperando, es el momento de perseguirlos.

Son los treinta segundos más eternos y mágicos de mi vida. Ha sido un período que sin duda, importante sería una palabra insignificante. Tengo la mirada puesta hacia delante, pero mi cabeza está recordándolo todo. He crecido, me he desvanecido mil veces, me he golpeado contra un muro infinito por ir a ciegas y he querido ir tan deprisa que no he visto cosas que tenía junto a mi lado. Pero sobretodo, he aprendido. Es lo que más he hecho. Aprender a conocer a pequeñas personas que podrían llevarte hasta la luna. Aprender a coger lo que la vida me ofrecía. Aprender a enriquecerme con los sentimientos de los que me quieren. Aprender a soñar.

Tengo una puerta que se pierde abierta. Para ir al otro lado del espejo. Para ir a donde todo es más sencillo de entender y donde la magia es la primera. ¿No lo ves? Es hora de que nadie nos diga que no podemos hacer algo. Es hora de abrazar aquello que siempre hemos deseado hacer. Es hora de pedir el universo si hace falta si con ello logramos que nuestros sueños no se hundan. Disfruta de caminos desconocidos que aún están por ver que el tiempo llega y se va. 

Abres los ojos, aprietas la mano de esa persona que ha estado contigo desde preescolar, por dentro ese sentimiento se extiende. Cuatro pasos, queremos seguir soñando




  PD. Ya puedo decir, que                                             ESTOY GRADUADA!!!


viernes, 10 de mayo de 2013

Dame un minuto

Un momento, parémonos, miremos al cielo y vaciemos la mente. Eso será suficiente. Luego, recorramos con esa mirada tan nuestra lo que nos rodea y no miremos solo nuestro reflejo. No hace falta que digas nada, hoy me toca hablar a mí. Deja que te diga lo que piense. De entre toda la multitud ya tenía claro que eras tú; tú sólo deja que te busque y que te encuentre.
 
Una línea, después otra. Un suspiro interminable y una mirada rota. Y en uno de esos días en los que no pasa nada hasta que pasa, me preguntaron el por qué. Deja que te diga que escribo por placer, hace tanto tiempo que aprendí a vivir y sufrir que me resulta más fácil con algo que contar por ahí. Y total, ¿qué es el mundo sin dar nada que hablar? Al final la gente acabará loca de atar, o simplemente aprenderá a apreciar. Apreciar lo que no es nada y es mucho. Loca porque necesita amar, y nuestros corazones se han cansado de replicar.
No necesito que el mundo me necesite, ni que quieras algo de mí. Escribo sobre el tiempo que se me escapa y veo como pasa pero sigo soñando para olvidarme. Escribo sobre aquel estribillo que no puedo recordar pero en cambio se adueña de mí y mi subconsciente.

Deja que te cuente que las ideas claras las tengo y también tengo claras las dudas. Solo necesito un minuto, un segundo, para cometer una locura. Que no se trata de pedir perdones ni lunas, sino de dejarse llevar. Deja que sea quien quiera y no quien quieren que sea. Solo sé que las palabras son mi refugio y las letras mis pobres soluciones, y si nadie me quiere, haré de ellas un arte.

Quizás debería coger más suave el lápiz y imaginar que ha cambiado el punto de mira. Que yo tengo en mi mano mi desorden y paso los minutos colgando mis pensamientos como olas. No me des amor que siempre se acaba, no me des un futuro que después se vuelva un pasado y se pierda. Regálame una oportunidad, que tengo mucho que contarte. Dame un minuto para que pueda enamorarte.

 

sábado, 20 de abril de 2013

Maps.


¿Quién decide cuando acaba lo viejo y empieza lo nuevo? No es ni un día del calendario, ni un nuevo año, ni un alguien con derecho a ti, ni un donde que recuerdes cuando pases por delante, ni un cuando demasiado temprano o tardío... Es un acontecimiento, grande o pequeño. Una nueva forma de vivir y contemplar el mundo. 

Acontecimiento, como el de aquel martes 14 lluvioso pero con aquella calor de primavera. En mi lugar favorito. En nuestro rincón secreto donde yo solía decirte que te había echado de menos mientras tú aspirabas el humo de un cigarrillo a medio encender. Pero entonces, justo antes de la despedida, se me perdieron las ganas de besarte. Y no lo hice. Tú te acercaste y luego acudiste a mis labios. Miré los tuyos por última vez y empecé a correr dejándote a mi espalda. No necesitaba saber dónde ir. Yo solo corría.

Me cansé de vagar sin esos besos prometidos, y también me cansé de esos silencios que chillaban para llamar tu miserable atención. Aún no puedo quererte, entiéndelo. No puedo hacerlo porque mi corazón no recuerda haberlo hecho alguna vez. Si algún día notas que te falto, acuérdate de esa fotografía. Y si me echas de menos, habrás aprendido a valorar mi presencia de tanto que te duele mi ausencia.

Mientras tanto, yo seguiré buscando algo con lo que distraer mi cabeza. Algo que realmente llene mi forma de vivir y cuando me mire al espejo me sienta completa. Y lo que ocurra en ese periodo de tiempo será lo que me guíe, porque al fin y al cabo, no tengo mapa. Me oriento con cada respiro que doy y el instinto de alguien falto de abrazos. De esos que hace falta acordarse de vez en cuando.

Y si quieres que pasen cosas diferentes, simplemente deja de hacer siempre lo mismo. Pero hazlo antes de que sea demasiado tarde. Antes de que acabe la canción y ya no queden más notas. Antes de que deje de escribir o le dé a la tecla de borrar. Porque mi interior está pidiendo a gritos que pase algún acontecimiento, grande o pequeño, para que le cambie las preguntas.


domingo, 31 de marzo de 2013

La locura que todo lo cura.

Luz tenue y apagada que apenas alumbraba la habitación. Domingo con salpicaduras de éxtasis de viernes. Una imagen como de sueño y respiraciones continuadas que confirmaban la evidencia.Que esa noche hablé con tus ojos azabache que tanto me gustan para venderme a ellos. Que ya no quería deambular en nubes de licor sin dueño. Probamos un poquito de esa locura de la que tanto hablaba la gente e incluso la compartimos entre sabanas con aroma de falta de cariño. Puedo decir que me gustó, pero seria mentir. Mentir porque no habrían calificadores de tal magnitud. 
Te espero, sí. En la habitación número 2 de ese hotel que se cae a trozos y ha sido testigo de tantos bohemios como nosotros. No tardes, amor, o de nuestro mejor secreto se enterará más que la brisa marina y entonces estaremos perdidos. 

De nada servía ya recordar todo aquello que alguna vez nos marcó. Alguien más descubrió lo increíble que eres. Se ató a ti y ya no te dejó contarme que te volviste a enamorar. Tampoco te volví a encontrar por aquellas calles. ¿Y el bar de los jueves? Quién sabe que fue de él, pero ya no volví. 

He cambiado. ¿Te sorprende? Leí en alguna parte que la vida no se basaba en ataduras y simplemente nos limitamos a aprovechar cada momento al máximo. Decidí probarlo y aquí estoy, parece que me gusta. Que muchas personas le brindan oportunidades al amor para curar sus heridas. Y otras, creyéndose no merecedoras de ello, se dirigen a los espacios que aun están por llenar para tapar las brechas de su pasado. 

Bueno yo no sé mucho sobre ello, pero ahora el camino es mi hogar. Que la libertad contenía tal belleza que era imposible dejarla escapar. Que de vez en cuando salirse de lo fijado no está tan mal. ¿Y la locura de la que hablaba y habla la gente? Todo lo cura. Fíate. Al final, todo saldrá bien. Si no sale bien, no es el final.



Miles Kane: "Rearrange"✝

sábado, 23 de marzo de 2013

A besos entiendo, a veces no.







Un sábado de madrugada. Una cama vacía y unas líneas que ocupan un insomnio causado por quién sabe qué. Me he cansado de hablar de amor, de hablar en plural aún sabiendo que soy yo la que sigue adelante. Yo soy aquella que sufre en silencio, ama con miradas y habla con sonrisas. Y tú, tú eres aquel que no busca un medio sino una excusa para huir. A pesar de olvidar lo que pasó, no se puede olvidar cómo se sintió. En el borde del abismo de unas manos que ya no son las tuyas, el aire es de cristal y aunque parezca extraño tu ya no estás aquí. Como la ola que se ha estrellado contra una roca, o la cuerda que se ha roto después de tirar. 



¿Dónde estabas cuando te llamaba? ¿Dónde estabas cuando estabas tumbado a mi lado y yo no podía dormir? Andaba con mis preguntas sin respuesta hasta que el tiempo me las respondió. Y la verdad, es que andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos. Pero el nosotros se fue y ahora me estoy echando a correr a los ojos de otro muchacho, que al menos cuando me mira me hace reír un rato. Los tuyos están tan lejos que no puedo mirarlos. Y quizá si estuvieran aquí, serían invisibles para mí. De nosotros solo ha quedado un silencio. El silencio, que es la forma más elocuente de mentir y que ahora habita en alguna parte de mi ser. Queríamos llegar permanentemente a lo más alto y simplemente nos invadió el vértigo.



Ya no tenía espacio para tantos vacíos. Tantas dulces inquietudes y amargos desencantos. Y me paré a observar. Tú y yo ya nos habíamos intentado olvidar antes, ese "deja vu" que dando vueltas y más vueltas siempre acude a tus sueños noche tras noche arrebatándote lo que son más que soplos de aire. A veces, que no exista una buena razón para quedarse es una buena razón para marcharse. Pero qué le voy a hacer yo, si no entiendo ni de razones ni de veces. Yo solo entiendo de besos.


Y es que si tuviera el tiempo en mi mano, lo haría todo más fácil. Sin palabras . Para no herir, para no conocer nada de ti. Para no escuchar tu voz y luego tener que echarla de menos.

domingo, 17 de marzo de 2013

Stay.


Un mes de ausencia. Un mes de escasas apariciones, lunes sin ganas de despertar y cosquilleos en el estómago que te echan de menos tanto o más que yo. Aquél que quiere que le extrañen se arriesga a que le olviden. Y cayeron en el olvido las notas de esa canción, y esos paseos por tu mirada. Y ese desliz por tu cuello que acabó en explosión en tus labios. Y también ese dolor nocturno; sin duda fue quién más amigo se hizo del olvido.
Las palabras jugaron a esconderse y parece que supieron jugar mejor que este pobre corazón falto de ese suspiro mágico que te devuelve la pizca de locura que activa la sangre en las venas. Háblale a mis blancas sábanas que tal día se tiñeron de intensa euforia de lo que es la locura, o los asientos de ese bohemio bar que alguna que otra vez ocupamos para disfrutar de ella. O quizás, háblame de locura cuando te escuchaba palabras que no creías ni tú pero que a pesar de ello yo confié en ellas hasta el final. Locura la mía, cuando pronuncié tu nombre gritándolo por si regresabas y mi voz se hizo tan pequeña que se ahogó en una habitación sin poder salir. Sin duda alguna, la locura de unos es la realidad de otros. Y ya no sé si esto es realidad o locura. Pero es algo mío, locura o no es parte de mí.
Y este tiempo he tenido que alejarme porque estaba tan cerca que no podía ver lo que tenía cerca de mis ojos. Estaba encerrada en algo que no tenía salida. Soñaba con imposibles y despertaba con utopías. Lo peor de todo no es que estuviera sola ya que yo lo había elegido sino que aún estando rodeada me sentía más sola. 
Con esto puede que no haya conseguido que las cosas cambien pero ahora ya no soy una inteligente llena de dudas. 
Soy una ignorante muy segura
Me fui, sí. Me fui para volver de nuevo
Aunque fuera extraño.
Después de todo, la vida siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido.




sábado, 2 de marzo de 2013

Te deseo lo suficiente.




Mírale con su mirada osada e impredecible. Esa con la que nunca sabías lo que  pasaba por su cabeza. Esa con la que desabrochaba lentamente los dos primeros botones de mi camisa. Mírale con su corazón indiferente a sentimientos ajenos, frío como la nieve fugaz de un Febrero que dio la vuelta a la esquina. Ahí va él con su paso despreocupado viendo solamente a su propia persona más allá del espejo. Sin miedo ninguno, con pisadas firmes.
Las calles estaban mudas, el viento entrecortaba las palabras y la luna dejó de hablarme de ti. Te esfumaste como si quisieras esconderte. Caminé entre suburbios de gente, viendo caras, viendo miles de expresiones diferentes. Pero de todos los rostros que vi, era el tuyo el único que deseaba ver. Tu sola presencia que dijera que te acuerdas, que sigues escuchando nuestra canción cuando empiezas el día.
Nos fue necesario solo un trago de ron para que acabáramos diciéndonos "Te quiero" al oído; al segundo, fueron nuestros labios los que se encontraron. La noche avanzó como yo lo hice hacía ti. Encontré mi norte en tu cama, mi refugio en tu cuerpo desnudo y mi devoción en tus susurros. Tal adrenalina en sangre debería estar prohibida, cautivar de esa manera a un alma debería ser delito. A la mañana siguiente, solo pedí no levantarme de nuestro pequeño nido. Dejé que las sábanas con tu olor se apoderaran de mis sentidos y más adelante se quedaran en una simple utopía.
Volvió a brillar el sol de entre las nubes, mi habitación se llenó de luz. La mar tomó su calma. Olvidé tu dirección, y quizás tu teléfono. Tus palabras vacías e insuficientes se perdieron entre viejos escombros. El tiempo me contó que volviste a venderle a una inocente Julieta tus falsas ilusiones. Ojalá de las mentiras se viviese, pensé, pero no es así. Lo que sentimos no es importante, no tiene ninguna importancia porque la única cuestión es lo que hacemos. Y tú no hiciste nada. Serás mi debilidad y serás mi error. Te deseo simplemente lo suficiente.
Mírale como sigue siendo el mismo desconocido que algún día conocí y mírala a ella como abrió su puerta a Marzo para que la inundara otra primavera






sábado, 16 de febrero de 2013

Sábados vestidos de pijama



El cigarrillo encendido se consumía en sus labios poco a poco como el tiempo lo hacía para ella sentada en aquel banco de madera a mitades de Febrero. La nicotina ganaba aquella partida de ajedrez bajo el tópico de que en este juego siempre hay unos que ganan y otros que pierden. No, no estaba de acuerdo con eso. Si fuera así, habría perdido muchas más partidas de las que ya había perdido. O simplemente, no ganado. El humo le arrebataba soplos de aire puro que alimentaban sus pulmones, recordándole con nostalgia los nombres que algún día escribieron en el tronco del árbol que tenía enfrente.

Un 14 que ya se había quedado atrás. Ahora ya estaba viviendo un 16 de aquel mes. El llamado amor otro año le había dado la espalda, habían tomado esquinas diferentes. Lo que podrían haber sido ella y él si no fueran ella y él pero sencillamente no eran, pensaba. Porque algo no había salido bien. Porque ninguno de los dos encontró quién era. Porque ella siempre quiso darle el beso de su vida pero nunca llegó a dárselo. Todos los días los pasaba junto al teléfono, revisando que no hubiera ninguna llamada de arrepentimiento, ningún mensaje para ella con sabor a "te echo de menos".

Pero al final, todos terminaron solos. Es solo un poco tarde para proponerse cambiar algo donde, en su momento, solo hubieron dudas, preguntas sin respuesta y domingos con el cojín de la cama manchado de lágrimas con nombre y apellidos. Hasta la persona más sabia ha tenido alguna vez momentos en los que se haya equivocado, pero no por ello ha dejado de pensar en sus metas, deshacer todos sus propósitos y mandarlo todo al garete.

Ella ahora había robado trozos de experiencia y gracias a ello, también había tomado prestada otra visión; quién sabe si sería para siempre o simplemente temporal. Y, ¿qué no es temporal en esta vida?

Su último cigarrillo ya se había convertido en grises cenizas.



sábado, 9 de febrero de 2013

Sólo quiero un poquito de tu vida entera


Que el tiempo pasa rápido, pero que vuelan los años. Y me lo dirás a mí, que hoy no será un día indiferente para uno de los más grandes que conozco. Bienvenido a tu vida de dieciséis añero; ya puedes empezar a disfrutarlo que el cronómetro ya se ha puesto en marcha, ya hemos empezado a subir escalón a escalón y pasarlo bien buscando momentos que te hagan sentir y vivir.
Somos compañeros de viaje desde que éramos dos renacuajos, y es que ya tenemos una caja llenas de primaveras y hoy se añade una más. Nuestra amistad está formada por un par de secretos, otro par de carcajadas, muchas historias y miles de sueños que  giran como si fueran una noria. Qué locura la nuestra, que hemos ido creciendo y siempre sin dejar de estar junto a ti. Y es totalmente un privilegio, te lo puedo asegurar. Que sería capaz de dar mil vueltas al mundo, tocar el cielo azul y recorrer el universo para no fallarte nunca. Porque me gustan esas relaciones recíprocas donde tú siempre me has dado cariño y afecto. Donde nunca te has apartado. Donde los dos mutuamente nos damos lo que el otro necesita. Qué vamos a hacerle, es mi debilidad.
Entre llamadas eternas, se esconden ratos muy buenos y entre antiguas vivencias de críos, se esconden fotografías que ahora visten las paredes de mi habitación. Detrás de ese gran apasionado de la portería, se encuentra una persona maravillosa. Detrás de ese chico tímido, sincero y amante de los coches de Formula 1 hay un amigo de esos que son de verdad. De esos que hay pocos, pero vale la pena tener.
Que tú me has hecho ver que con un "Buenos días" tuyo en un lunes pesado ya me puedes sacar una sonrisa. Que me gustan las tonterías que eres capaz de hacer solo para hacer sentir bien a los de tu alrededor. Y que me encantan esos abrazos tuyos con sabor a "Puedes contar conmigo cuando lo necesites". Has hecho que "Tú eres mi mejor amigo" sea una de mis expresiones favoritas y esté presente en el cajón de mi vocabulario.
Y ya sé que es tu cumpleaños, pero te pediré un par de cosas. Regálame muchos más momentos inolvidables, sonrisas que no se me olviden nunca y días que no quiera que pasen. Que las personas vienen y vuelan, pero yo quiero formar parte de ti. Yo solo quiero un poquito de tu vida entera.

¡Muchísimas felicidades pequeño!











domingo, 3 de febrero de 2013

Lenguaje de domingo

Cosas de domingo, empieza a hacer frío otra vez. Domingos empapados de libros que tienes que empezar a estudiar y no sabes muy bien dónde se ha ido la inspiración. Hoy estoy distante como ella. Hoy no me salen las palabras así que sin decirte nada, te lo diré todo

"Unos dicen que el mundo sucumbirá en el fuego,
otros dicen que en el hielo.
Por lo que yo he probado del deseo
estoy con los que apuestan por el fuego.
Pero si por dos veces el mundo pereciera, 
creo que conozco lo bastante el odio
para decir que, en cuanto a destrucción,
también el hielo es grande
y suficiente".

Fuego y hielo, Robert Frost.


Personalmente, estas líneas son las más exquisitas que he leído nunca. Les tengo un cariño especial. Las palabras son las perfectas, saben dónde tienen que ir y lo que tienen que transmitir. Incomparable.



viernes, 1 de febrero de 2013

Love Is All I Got♥


Puedo tenerlo todo y nada. Puedo pensar que cada día recibiré lo mismo de siempre, o mejor, tomármelo como un lugar desconocido que aún está por conocer y del cuál yo puedo formar parte. He llegado aquí sin nada, y me iré con mucho. Mi anatomía está formada de trozos de momentos, mi cuerpo se compone de carcajadas, por mi sangre corren destellos de adrenalina y respiro ganas de vivir. Aún no he llegado ni a la mitad, querido amigo y, probablemente aunque no lo sepas, tú tampoco. Falta más amor. Falta más querer por ver sonreír a los demás. Falta disfrutarlo todo un poquito más. Las claves de todo se improvisan. De la misma manera que se dice que todos somos humanos y nos equivocamos, también todos somos personas que lo único que venimos  a hacer aquí es llenarnos de cariño, experiencias y amor. Luego nos vamos a otra parte a compartir todo esto. No nos llevamos equipaje, nos llevamos vivencias que tienen más peso que eso. 

Las ambiciones despiertan en los fines de semana y tienes los demás días para aumentarlas. Tienes las semanas para cumplirlas. También tienes los meses para intentar medir la rapidez con la que pasa el tiempo. Aún así no es suficiente. Febrero ya ha llamado a la puerta. Ese mes distinto en el que tienes 28 días para ser lo que quieras ser y no ser lo que deberías. 

Tengo 28 días para seguir teniéndolo todo y nada. Para seguir llenando mi equipaje. Para juguetear con el invierno hasta que se vaya. Puede ser un mes cualquiera pero para mí es diferente. Febrero no ha hecho más que empezar. Tu ambición ha de ser mayor que tu talento para que llegues donde quieras llegar. ¿Te apuntas a eso de respirar ganas de vivir y dar amor? 


martes, 29 de enero de 2013

El impulso de un instante


Y en el final, lo mejor que puedes esperar es encontrar un lugar donde quedarte. Y si eres afortunado, encontrarás a alguien dispuesto a quedarse contigo. 

Qué loco el mundo, que en la primera partida nos sumerge en cuentos de color de rosa escondiendo lo doloroso y en la revancha nos lanza en un mar que deshace nuestras ilusiones y cada gota se clava como una puñalada. Pero la realidad es más tormentosa. Más astuta. La realidad es más interesante que un "felices para siempre". Más complicada dónde no solo sirve desear sino también luchar y defenderse. 

Somos seres que tienen miedo de no encontrar ese lugar donde quedarse. Donde sentirse querido. Donde ser nosotros. A veces no es el lugar el que se va; son las personas. Llegan y se van. Invisibles en el espacio, pasajeros y volátiles en cualquier momento, nuestros compañeros de viaje se van. Triste engaño el que vivimos cuando vemos que realmente hay que tener mucha suerte para que alguien realmente viaje contigo y no se marche a la mañana siguiente. 

Y pasarán los años y seguiremos aquí, cautivados por los impulsos de un instante que dibujan nuestro camino. No habrán solo victorias, también batallas. Y algún día lo encontraremos. Algún día seremos afortunados. Si mi alguien dispuesto a quedarse conmigo está ahí fuera, por favor: Quédate.

jueves, 17 de enero de 2013

Las 5 fases inevitables

Después de todas mis "experiencias" amorosas, he llegado a una pequeña conclusión dónde me he dedicado simplemente a parar las cosas, observar y reflexionar. Opino que toda chica como yo, que sueña con su amor de película, que no quiere otra cosa que amar y ser amada correspondientemente, si ha sufrido un desamor o le han roto el corazón alguna vez, habrá vivido las 5 fases inevitables. O quizás alguna de ellas y aún le quedan las siguientes.

Negación. Ese chico del que tanto estabas pillada, ha resultado ser diferente a la imagen que tú tenías de él y se ha esfumado como el polvo. Ese es el hecho. Tu cabeza en esta fase, lo negará todo y no querrá aceptar nada de lo que te digan las personas de tu alrededor que quieren lo mejor para ti. Pensarás el típico: "Sé que él no es así", "Ha sido una equivocación" o "Estoy segura de que cambiará".

Tristeza. Cada día le echas más de menos, en cada sitio que mires le ves a él y no te imaginas poder seguir sin estar a su lado. Es el momento en el que recuerdas cada vivencia que habéis pasado juntos, cada beso, cada susurro al oído y cada canción. Por las noches mojas tu almohada, y no puedes dormir. Personalmente es la fase más dura, dolorosa y complicada. Quizás la más larga y la que te marque más.

Ira. Sientes que él no está sufriendo como lo estás haciendo tú y eso te corroe. Le odias por cómo hizo las cosas y lo rápido que parece que lo ha olvidado todo. Matarías por poder hacer algo que cambiara la situación y volvieras a la normalidad que tanto querías, sientes que no has hecho todo lo que está en tu mano. Hablando en plata, te encantaría mandarlo a la mierda. A él y sus palabras vacías. Y a sus falsas promesas.

Negociación. El punto en el que empiezas a valorar que es lo correcto, lo que debes hacer y si vale la pena seguir luchando. Piensas que quizás ahora sea doloroso pero en el futuro sea lo mejor, que quizás él te ha hecho un favor marchándose. Sabes ver que tu felicidad no puede depender de una persona y se aleja la nostalgia, el dolor y ves una puerta que se vuelve a abrir.

Aceptación. Por último, aceptas su voluntad y cedes de seguir insistiendo en algo que ya no tiene alas. De todo lo que tus amigos te habían aconsejado, comienzas a hacerlo y él deja de ser tu centro de gravedad. Aprendes a vivir sin su presencia, ya no te afecta oír su nombre o ver sus fotos y lo más importante: eres capaz de seleccionar aquello que debes recordar sin que duela. Has aceptado que no debíais estar juntos y ahora empieza tu nueva yo. 

Lo mejor de todo, es que pensamos que tenemos la mejor arma; eso que nos hace pensar que podemos entrar en la vida de un chico y "cambiarlo". Pero es la menos útil, ¿por qué? Porque no importa lo que otras chicas nos griten desde una revista, o los consejos que nos demos entre nosotras o lo que se escriba en los blogs de aquí a Tombuctú: hay cosas básicas de los chicos que NUNCA van a cambiar.
Esto es todo queridos lectores. Llámalo manual. Llámalo aprendizaje. O sencillamente,"experiencias de la vida" (como diría mi madre). Ninguna de las fases es fácil, lo sé créeme, pero no imposibles de superar. Eso es lo que debes hacer. Es parte de la madurez de una persona, es parte de crecer y formarte una base. Es algo que define cómo somos y seremos




viernes, 11 de enero de 2013

Si las cosas se ven al revés


Me gusta prever las cosas antes de que pasen, pero me gusta vivir el momento sin planificar nada. Me gusta dejar correr el tiempo mientras admiro un bonito paisaje a mis pies, pero odio sentir que éste se ha perdido en algo que no valía la pena. Me gusta el sol de mañana que entra por mi ventana vergonzoso y ilumina mi piel, pero me gusta la noche cuando llega, bohemia, esperando a que pasen cosas emocionantes. Me gusta amarte hasta que logres enamorarte de mí, pero adoro besar tus labios sin ataduras y al día siguiente volver a hacerlo sin caer en las garras del compromiso. Me gusta el calor de la calefacción de invierno rozando mis piernas mientras tomo un café y escribo, pero me gusta el frío de la lluvia que moja mi ropa, mi pelo, mi cuerpo lentamente y las gotas me inundan en un mar que no tiene salida. Me gustan las decisiones acertadas que me satisfacen y las decisiones erróneas que me hacen aprender, pero me gustan las decisiones relativas dónde todo depende de los ojos que miran. Podría decir que me gusta perderme por calles que no había caminado nunca disfrutando de la desorientación, pero me gusta encontrar el camino a casa cuando me encuentro en una espiral de dudas. Me gusta la ignorancia que me protege del daño de las mentiras, engaños o manipulaciones, pero me gusta saber cada detalle de lo que hagas, pase por tu cabeza o quieras llevar a cabo. Me gusta saborear el silencio y dejar que el viento me invada, pero me gusta nadar en la música y despreocuparme de mi alrededor. 
Me gusta saber de dónde vengo, pero me gusta más saber a dónde voy. Me gusta recordar lo que solíamos hacer los sábados noche, pero me gusta más disfrutar de los momentos que no volveré a tener.Me gustas, pero me gusta más no herirme. Lo siento, hoy puedo vivir sin ti.


Hay cosas que es mejor perder

sábado, 5 de enero de 2013

El baúl de los recuerdos



Es gracioso cómo pasa el tiempo. Que ya me han pasado 15 primaveras y sigo creyendo en las noches como hoy que son mágicas. Que recuerdo perfectamente lo nerviosa que estaba y ni siquiera podía dormir. A la mañana siguiente era la primera en levantarse: miraba el reloj cincuenta veces y a la vez número cincuenta y uno me levantaba por la impaciencia y de puntillas en el suelo frío me dirigía al comedor. Allí, debajo del árbol y por todo el sofá, veía el montón de regalos amontonados en los que ponía mi nombre. Creo que nunca, nunca nunca aún he podido sentirme tan ilusionada como  en aquellos momentos en los que abría los regalos y descubría que era lo que yo había pedido. Y es que, dime querido lector, si en la vida has visto rostro más precioso que el de un niño mirando como por delante de él montados cada uno en su carroza pasan los Reyes Magos. O rostro más maravillado que el de una niña dándole su carta al Paje Real. Supongo que días como ese son los más importantes para uno cuando eres una inocente criatura con dientes de leche y una muñeca o coche en el bolsillo. Sería una igualación a el día de tu boda. 

Al mundo le hacen falta momentos así. Porque todos nos hemos sentido alguna vez así y todos llevamos el espíritu infantil dentro que sólo hace falta revivirlo. Por tan sólo una noche vale la pena dejar de preocuparnos por nuestros problemas, dejar de lado lo que nos obceca y vivir la magia antes de que se pierda. Eso está en nuestras manos. Como otro año más, hoy voy a ver a mis queridos ancianos barbudos con sus carrozas tirándome caramelos. Porque quiero volver a sentir esa chispa de cuando tenía 7 años. Porque no quiero tener preocupaciones. Esta noche NO.








miércoles, 2 de enero de 2013

Tomorrow we sail


Tengo una de esas tardes en las que no sales de casa, te dedicas a intentar no pensar en algo y lo que pasa es que cuando te das cuenta el sol ya se ha ido. Siento que he llegado al punto en que se acaba la carretera y ahora toca ponerle rumbo al barco. Porque, nos movemos en un mar que puede provocar olas tan grandes que te hundan. Porque, hay muchos peces pero siempre elegimos al que complica todo las cosas. Porque, hay veces que no sabemos nadar y necesitamos ayuda.  No siempre podremos confiar en las mismas personas. Se ve que se ha puesto de moda eso de primero miro por mí y ya si eso después por ti. Que cada vez el ser humano es más egoísta con sus manipulaciones y mentiras. He llegado a la conclusión de que las personas son como las mareas. Vienen y van; entran en tu vida durante un tiempo relativamente extenso o no para luego marcharse. Sólo habrán muy pocas que quieran subir a bordo de tu barca y no se vayan jamás.  Porque supongo que la vida es ese mar. Con esas olas y mareas y peces. Y porque si ves que no avanza nada tu barquita, hay que sacar las manos y remar